Siendo la sal útil

¿Alguna vez nos hemos detenido a analizar cómo utilizamos el regalo de la verdadera libertad? Dios nos da a todos los creyentes la verdadera libertad por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Desperdiciamos esa bendición o la compartimos con otros?

Tomémonos unos segundos y pensemos en las personas que vemos cada día, ¿Sabemos cuántos de nuestros vecinos están enfermos? ¿Hay personas en nuestra iglesia que luchan por vivir un día más? ¿Sabemos si alguno de nuestros compañeros de trabajo está pasando por dificultades? Lo más probable es que haya personas a nuestro alrededor que podrían necesitar nuestra ayuda, pero enfocarnos en nosotros mismos limita la capacidad que tenemos de prestarle atención a esas personas, y limita el poder de alcanzarlas. El Señor enseñó a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿Cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee”, lo podemos ver en Mateo 5:13, para que la sal siga siendo útil, debe mantener su pureza y potencia, del mismo modo, todos nosotros como creyentes debemos esforzarnos por tener vidas santas, humildes y amorosas, enfocándonos en la voluntad del Salvador en vez de la nuestra. Dios ha preparado las buenas obras en las que debemos andar, nuestra tarea es ponerlas en práctica. El que podamos influenciar de manera positiva o no a nuestro mundo, dependerá del enfoque de nuestro corazón. ¿Miramos nuestro interior para considerar lo que podríamos hacer para llegar más lejos y mejorar nuestra situación personal? ¿O miramos a nuestro alrededor y pensamos en maneras en que pudiéramos servir más y mejor a los demás?

"Esperamos sea de bendición para sus vidas, no olviden compartirlo con alguien o en sus redes sociales, nunca sabemos a quién podemos bendecir, Dios los siga bendiciendo"

Salvemos una vida hoy compartiendo la Palabra de Dios