Nada delante de ti es más grande que el poder de Dios
- Ten Fe
- 26 oct 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 17 ene
¿Alguna vez has sentido que lo que está delante de ti es demasiado grande para enfrentarlo?
¿Has sentido cómo el peso de los problemas, las dudas y los miedos te aplastan, haciéndote sentir insignificante frente a lo que se levanta ante ti?. Creo que todos hemos estado en esa posición, yo he estado en esos momentos, lo que está delante parece imparable: situaciones que no entiendo, desafíos que parecen insuperables, y caminos que no sé cómo recorrer. He llegado a preguntarme si tengo la fuerza suficiente, si realmente podré resistir, si estoy preparado para lo que la vida me presenta. Pero es en esos mismos momentos cuando algo profundo en mi interior me recuerda: no estoy solo.
Dios me ha enseñado una verdad que ha cambiado mi forma de ver los problemas: nada delante de mí es más grande que el poder de Dios que está detrás de mí. Esta no es solo una frase alentadora, es una realidad que me sostiene. Cada vez que me enfrento a una montaña, ya sea emocional, espiritual o física, Dios me recuerda que Su poder es mayor que cualquier desafío que yo pueda ver. Lo he visto a lo largo de mi vida y en las Escrituras, el mismo Dios que abrió el Mar Rojo para los israelitas, que derrumbó los muros de Jericó, y que calmó las tormentas en los evangelios, es el mismo Dios que hoy me sostiene.
Isaías 41:10 me recuerda cada día: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." Y es en esas palabras donde encuentro mi descanso. No tengo que entender el cómo ni el por qué, solo tengo que recordar quién es el que va detrás de mí. Cada vez que me siento débil, Dios es quien me da fuerza. Cada vez que pienso en rendirme, Él me toma de la mano y me levanta.
Muchas veces, he descubierto que el verdadero problema no está en lo que tengo delante, sino en la forma en que lo veo, mi enfoque ha sido incorrecto. Me he dejado llevar por el tamaño del obstáculo en lugar de enfocarme en la grandeza de mi Dios, pero cuando cambio mi perspectiva, cuando dejo de mirar mis circunstancias y empiezo a mirar al Dios que está detrás de mí, todo cambia. "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" – Romanos 8:31. Este versículo ya no es solo una cita bíblica para mí; es una promesa que se ha cumplido en mi vida una y otra vez. Y me hace preguntarme: ¿Estoy creyendo más en el tamaño de mi problema que en la grandeza del Dios que está conmigo?
En mi camino, he aprendido a confiar. No es que no tenga miedos, no es que no tenga dudas. Pero he aprendido que mi confianza no está basada en lo que veo, sino en lo que Dios ha prometido. Cada paso que doy, lo hago con la certeza de que no importa cuán grande sea el reto, Dios está conmigo. Y cuando el miedo me quiere paralizar, me recuerdo una y otra vez: Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos – Éxodo 14:14.
He visto a Dios obrar de maneras que no comprendo, he visto Su mano moverse en los momentos más oscuros, cuando pensaba que todo estaba perdido. Y aunque no siempre entiendo el proceso, confío en que el resultado siempre será para mi bien, porque Dios está detrás de cada situación. No se trata solo de lo que yo puedo hacer; se trata de lo que Dios está haciendo, incluso cuando no lo veo.
Hoy, al mirar lo que está delante de mí, elijo confiar, no en mis propias fuerzas, sino en el poder de Dios. Elijo creer que lo que parece imposible para mí, es completamente posible para Él. Elijo recordar que Dios me sostiene, me guía, y me respalda en cada paso. Y sé que, aunque no entienda el camino, Su poder es más que suficiente para llevarme a la victoria.
¿Y tú?¿Qué estás enfrentando hoy que parece más grande que tú? ¿Estás mirando el problema o al Dios que te respalda? Hoy quiero invitarte a hacer lo mismo: cambia tu enfoque. Deja que la grandeza de Dios sea lo que determine tu confianza y no el tamaño de tus circunstancias.
Nada delante de ti es más grande que el poder de Dios detrás de ti. Y si lo crees, camina con fe, porque la victoria ya está asegurada en Él.
Salvemos una vida hoy compartiendo la Palabra de Dios
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